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Patricia Dios Alemán y Jean Carlo Rejas Dios comparten, además del vínculo madre-hijo, la genialidad para manifestar su inclinación por las artes a través de la pastelería. Ellos creen que se trata de la vena artística actuando: la matriarca de la familia Dios solía bordar prendas sin elaborar bosquejo alguno y el patriarca confeccionaba manualmente y con precisión cuanta herramienta le solicitaran.

Patricia Dios Alemán y Jean Carlo Rejas Dios, fundadores de Parlati.

Las iniciales de Patricia se aliaron con las de sus hijos: Ricardo, Lalo y Tinto, como suelen llamar a Jean, y conformaron el nombre de Parlati, la pastelería artística que nació oficialmente en el 2013 y que tiene como ejes la pasión e innovación para hacer del dulce una expresión del talento.

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Inicios

La ceñida solvencia económica que durante el 2009 Patricia atravesaba junto con sus tres hijos ocasionó que buscara una inversión rentable para la habilidad que hasta ese entonces había mantenido en reserva: moldear figuras en cerámica al frío.

Con las sobras de la masa que su madre dejaba y movido por el gusto hacia los Simpson, Jean Carlo, ahora de 28 años, empezó a fabricar a los personajes de la tan conocida serie. El resultado fue increíble: parecían figuras salidas de fábrica.

Los indicios de que Jean Carlo y el arte eran amigos seguían manifestándose. Una vez a su madre se le había encargado la labor de pintar una diosa india sobre un bluyín, pero la contrariedad en los tiempos la obligó a delegarle el trabajo a Jean. Después de un tiempo, el dueño de la prenda les comentó que en Estados Unidos querían comprarle el pantalón a 500 dólares únicamente por el estampado.

Después de un tiempo, Patricia notó que trabajar con cerámica al frío era poco rentable, así que empezó a emplear fondant, una masa dulce comestible similar a la plastilina. No fue tarea fácil, la composición de esta pasta hacía que el acabado perfecto al que Patricia estaba acostumbrada no fuera el mismo. Pero todo se solucionó cuando Jean Carlo elaboró su propia masa fondant y logró las características exactas para trabajar cual alfarero con la arcilla.

¿Cómo surgió Parlati?

Patricia y Jean Carlo ya tenían el arte, pero sentían que todavía debían abonar una cuota de técnica. Es así que aprovechando las ventajas del ciberespacio, empezaron a buscar recetas y a transformarlas hasta dar con la precisión que el mundo de la pastelería requiere.

“La pastelería es física y química”, reconoce Patricia. Calcular el peso de los adornos, el grosor del forro, el tamaño de las letras, la temperatura del ambiente, la fecha de vencimiento de cada ingrediente y la gama de colores para combinar el fondant son solo algunos de los elementos que conforman la lista de todo lo que se debe tener en cuenta para que la calidad del sabor vaya de la mano con el arte.

Es así que la disposición para crear un negocio, un libro de recetas junto con unos moldes como herencia de una tía de la familia Dios y un crédito de 500 soles provocaron Parlati naciera, una pastelería que escapara de lo tradicional y se encargara de ofrecer arte como valor agregado al dulce selecto.

La lucha por conquistar al público piurano

La idea de negocio tardó un poco en entenderse entre el público piurano. Encontrar pasteles era sencillo si la finalidad no escapaba del tradicional pastel de cumpleaños, por tanto existía un producto para cada bolsillo. Es por eso que inicialmente los precios que Parlati cotizaba lucían elevados ante el mercado que aún no vislumbraba la parte artística.

Luego, tras la creación de una página de Facebook, Jean pudo mostrarle a la audiencia que los “adornos” contenían un talento hecho dulce y que el precio involucraba la buena repostería y la habilidad artística.

Figura elaborada con fondant.

El boom

El boom se desató cuando Jean Carlo elaboró una torta tallada, con luces incorporadas, bajo la temática de Ultrón, un supervillano de Marvel, y la subió en su página. La inquietud de los seguidores no se hizo esperar y pronto Parlati dictó su primer taller: Tortas talladas.

Torta tallada bajo la temática de Ultrón.

Actualmente, el público sabe que solicitarle un pedido a Parlati es sinónimo de la entrega de un producto complejo y valioso.

La precisión en los detalles y los cuatro ítems que la empresa maneja para que sus productos sean un éxito ha hecho que Parlati tenga clientes fieles y que la palabra convencional se aleje de la mente de los consumidores.

Un nacimiento moderno.
Una escena piurana.
Una familia dulce.

¿Cuáles son esos cuatro ítems?

  1. Un producto atractivo.
  2. Un sabor agradable.
  3. Preocupación por la apariencia del empaque.
  4. La puntualidad en la entrega.

Cartera de productos

El mundo de confite que Parlati ha construido no se ha reducido únicamente a tortas. La elaboración de cupcakes, cake pops, suspiros temáticos, macarrones y galletas se han enlistado en los pedidos que los clientes desean para eventos especiales.

Una temática de flores.
Galletas con el toque Parlati.
Suspiros en forma de tulipanes.

Jean Carlo asegura que es feliz elaborando un producto que refleje el arte que posee, pero es más feliz aun cuando los clientes respetan la esencia del producto que están solicitando. En una sola palabra, Parlati es sinónimo de pasión.

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