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El ‘boom gastronómico’ suena como un término lejano por estos días a causa de la pandemia. Salones esperando abrir con aforo reducido y el servicio de delivery con los protocolos de seguridad respectivos son parte de los esfuerzos del sector de restaurantes por enfrentar la crisis.

El cierre durante la cuarentena ha obligado a muchos locales a evaluar si siguen o no. Desde la Cámara de Comercio de Lima (CCL), llegó una propuesta de reducir impuestos a este golpeado sector. ¿Qué tan viable sería esta medida para el sector gastronómico? ¿Es posible aplicar beneficios diferenciados al rubro de restaurantes?

El tributarista Dante Sanguinetti, socio del estudio Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, explicó que para el sector gastronomía existen pilares de pago como alquileres y los impuestos. “Los alquileres se pueden renegociar, pero los impuestos no”.

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“La propuesta pretende ser un salvataje en el tema impositivo para el sector gastronómico, que está golpeado, como muchos otros sectores. Si bien un contexto extraordinario requiere medidas extraordinarias, diferenciar es un poco delicado”, comentó.

Uno de los problemas que enfrentan los negocios de atención al público es que al ser una economía de distanciamiento social, verán mermados sus negocios. “Los restaurantes van a ir al 40% de su capacidad. Si los alquileres representan un 35% de tu facturación y vas a facturar al 30%, entonces tienes un problema”, señala el especialista.

La pandemia afecta la liquidez y la caja de este sector. “Los pagos a cuenta del Impuesto a la Renta han tenido algunos beneficios, que permite suspenderlos en función a tus resultados, pero el IGV no. Siempre está la discusión de mover esta tasa a los consumidores, pero en este contexto es distinto porque no hay esa demanda”, precisó Sanguinetti.

En esa línea, Sanguinetti cree que la situación de los restaurantes es un coctel explosivo, tomando en cuenta los alquileres altos, desaceleración de ingresos por una economía de distanciamiento, y la baja demanda, que también tiene relación con el turismo, inexistente por las fronteras cerradas.

El Caso de Alemania

El tributarista puso como ejemplo lo que sucede en un país como Alemania, que ha dispuesto bajar la tasa del IVA (impuesto de valor agregado) a los restaurantes tratando de enviar un salvataje.

Más allá de las ayudas impositivas para el sector, para Sanguinetti las soluciones van por otro lado. “Como país, el crecimiento no va a ser el mismo. Porque tenemos una población mermada, endeudados, desempleo, patrimonios destruidos. Hay una agenda pendiente del tema tributario en este momento de coyuntura”.

Vía Correo

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