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Laborar ocho horas al día es un derecho que ganaron los peruanos tiempo atrás y que ha tenido mucho éxito en el desarrollo económico, pero los tiempos cambian y con el avance de la tecnología, se ha demostrado que jornadas de ocho horas o más no es tan efectivo para elevar la productividad.

“En nuestro país no se han reducido las horas laborales, pero sí se le brinda más oportunidades a los trabajadores para que realicen pausas en su jornada laboral: minutos para la siesta, juegos en la oficina, etc.”, dijo la gerente de soluciones de Ofisis Capital Humano, Mónica Calvimontes.

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Aunque falte para cambiar la legislación laboral, sí hay muchas alternativas para ajustarse a los horarios sin perder productividad:

Pausas activas

Es una tendencia cada vez más común en las empresas peruanas. Se sabe que pasado los 45 minutos, la atención decae, por lo que se debería tomar un descanso para evitar saturarse y ser más productivos.

Una buena opción es trabajar dos horas de corrido como máximo y hacer una pausa de 15 a 20 minutos. “Levantarnos de la silla, caminar por la oficina, hacer ejercicios de estiramiento o respiración, tomar un café en una salita, etc., nos inyecta de energía y mejora nuestra atención”, añadió.

Teletrabajo

Esta modalidad permite a las personas laborar desde casa sin perder los beneficios laborales de un trabajador de oficina. Aunque está regulada en el Perú, todavía es muy poco utilizada.

No obstante, según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), el 65% de peruanos estaría dispuesto a trabajar desde casa.

El teletrabajo permite balancear la vida laboral con la vida familiar y vuelve a las personas más responsables al ordenar su tiempo y motivarlos a dar lo mejor de cada uno.

Espacios lúdicos y de descanso

Contar con estos espacios es efectivo porque el cuerpo pide parar ¿Quién no se siente con más ganas de trabajar después del café de las 11:00 horas o del paseo de las 16:00 horas? Es porque esas son las mejores horas para estirarse y hacer una pausa.

Otra alternativa es implementar salas de ejercicio, el ejercicio ayuda a evitar el estrés e incluso las lesiones debido al sedentarismo.

Laborar menos días a la semana

Una compañía de servicios financieros de Nueva Zelanda redujo la jornada laboral a cuatro días a la semana y el resultado fue el aumento de la productividad laboral en más del 20%. La ventaja es que el trabajador se vuelve más productivo, pues cuenta con menos tiempo para lograr sus objetivos.

Además su motivación aumenta y sus niveles de estrés disminuyen. Y para la compañía, se ahorra gastos de luz, agua y otros servicios lo que aumenta su rentabilidad. En el país se podría hacer esto previo acuerdo con el trabajador.

Trabajar por objetivos

Las compañías que han adoptado este esquema de trabajo ofrecen a sus equipos retribuciones variables, dependiendo de los objetivos alcanzados y no en función de las horas empleadas para conseguirlos.

Esta modalidad de trabajo genera colaboradores más eficientes, automotivados y gestores de sus tiempos. Además mejora el control de resultados, es más sencillo medirlo por objetivos, y potencia el desarrollo del talento.

Tecnología lo hace posible

Sea la alternativa que se elija para digerir mejor la jornada de ocho horas, se tiene que servir de la tecnología. Y no solo se habla de contar con una buena conexión de Internet o hacerse con una buena laptop, tablet o smartphone para estar conectado y al día con las tareas.

Actualmente las empresas cuentan con soluciones tecnológicas para monitorear a sus colaboradores sin tanta rigidez: “se cuenta con aplicaciones para registrar asistencias, faltas, pedir permisos, etc.”, señala.

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