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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió un llamado de atención a la creciente problemática del «Fenómeno del Trabajador Pobre» en América Latina y el Caribe. Revelando preocupaciones significativas en su informe ‘Panorama Laboral 2023’. La experta en mercados laborales, Roxana Maurizio, destacó que esta tendencia al alza está vinculada directamente a los bajos salarios promedio. Atribuibles en parte a la persistente informalidad y precariedad laboral en la región.

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A medida que se anticipa un crecimiento moderado en la creación de empleo, alineado con las proyecciones del Producto Interno Bruto (PBI) cercanas al 2%, las estimaciones de la OIT señalan que la tasa de desempleo promedio podría situarse en alrededor del 6.3% para el presente año, con un aumento proyectado entre el 6.5% y 6.8% para el año 2024.

Realidad peruana

En el contexto peruano, el exviceministro de Empleo, Fernando Cuadros, destaca la situación de subempleo. Indicando que un trabajador se encuentra en esta categoría cuando sus ingresos no cubren al menos la mitad del costo de la canasta básica de consumo, marcando la línea de pobreza familiar.

Con más del 40% de las familias dependiendo de un solo ingreso laboral, la capacidad de estas para cubrir los costos básicos se ve comprometida. Este desafío es aún más apremiante en momentos de recesión económica, donde incluso trabajadores en nómina apenas superan la línea de pobreza.

Brechas salariales y necesidad de políticas efectivas

Con un salario mínimo de S/1,025 y una canasta básica promedio de S/1,500, la disparidad se acentúa, dejando a muchas familias en situación de pobreza. Para revertir este escenario, Cuadros enfatiza la necesidad de retomar el crecimiento económico, abogando por medidas como la reducción de la tasa de interés y políticas fiscales expansivas.

La OIT destaca la importancia de implementar políticas que fomenten empleos formales. Qué fortalezcan las instituciones laborales, incluyendo la revisión del salario mínimo y la negociación colectiva, a través del diálogo social.

Cifras reveladoras y desafíos persistentes

La fuerza laboral en la región se sitúa en 335 millones de personas, con una tasa de informalidad laboral del 48%. Aunque se observa una recuperación en la tasa de ocupación, que alcanza el 58.2%, y una disminución en la tasa de desocupación al 6.5%. La participación laboral se mantiene insuficiente, cayendo al 62.3% desde el 63.3% prepandemia.

La directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, destaca la necesidad urgente de implementar políticas que eviten la precarización del empleo formal. Instando a impulsar la productividad como un paso esencial para superar estos desafíos estructurales persistentes en la región.

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