Cada vez que Jhody Gallo Pardo viajaba a su ciudad natal, sus amigos le hacían las mismas peticiones: bocadillo, jamón, harina de trigo… La demanda de los productos de esta parte de la serranía piurana se convirtió en una idea de negocio con la llegada de la pandemia: Sabores de Ayabaca. Se trata de un emprendimiento que agrupa lo mejor de la tradición ayabaquina para ofrecer una posibilidad de sabor casero a las familias no solo de Piura, sino de todo el país.
Público objetivo
Este emprendimiento ha aparecido con la intención de complacer tanto a los ayabaquinos que extrañan los alimentos de su tierra como a las personas que desean probar un producto distinto. Además, “de esta manera contribuimos a dinamizar la economía de los productores de esa zona ayudando, de alguna manera, a sobrellevar la crisis producida por la pandemia”, asegura Jhody Gallo.
Él supo identificar en los nuevos hábitos de consumo una oportunidad para saciar uno de los mayores placeres dentro de casa: comer. La palabra que el emprendedor desea depositar en la mente de los clientes es tradición, “los productos son elaborados a través de procesos que a pesar del tiempo y la modernidad no se han cambiado, se mantiene la esencia que los caracteriza y que los hace apetecibles a propios y a foráneos”, indica Jhody.
Redes sociales
El emprendedor reconoce que Sabores de Ayabaca también conquista a los comensales a través de las imágenes, por eso, cuida el contenido que comparte en Facebook y en WhatsApp, las redes sociales que más utiliza. Su ojo fotográfico –formado gracias a una de sus mayores aficiones– le permite reflejar el lado apetitoso de cada producto.
Lista de productos
Ayabaca es reconocida por la festividad del Señor Cautivo, por sus paisajes y también por su gastronomía. Jhody Gallo acerca un poco de este “sabor a sierra”, como él lo llama, y ofrece jamón, bocadillo, dulces, roscas, tortas de viento, pan de royal, harina de trigo, arveja… y la lista incrementa con las temporadas.
Ser emprendedor en tiempos de COVID-19 ha sido un aprendizaje constante, ya que cada paso –desde el envío de Ayabaca hasta la entrega en la puerta del comensal– ha requerido una dinámica de prueba y error. Ahora, con dos meses en el mercado, Jhody sabe cómo empaquetar cada producto y, sobre todo, cómo ganarse la confianza de cada cliente. Los envíos a nivel nacional son una muestra de que va por muy buen camino.