Desde las montañas de Ayacucho, Hernán Asto Cabezas ha revolucionado la forma de generar energía. Este joven inventor creó un sistema que produce electricidad utilizando plantas, un avance que ha llevado luz a comunidades rurales de Perú. Su proyecto, conocido como Alinti, es una mezcla de innovación, tecnología y amor por su tierra natal.
Los inicios de un inventor
Hernán creció en Huanta, Ayacucho, enfrentando limitaciones económicas desde pequeño. Tras perder a su padre, se sintió impulsado a ayudar a su madre, Benedicta, y aliviar las dificultades de su familia. Durante su infancia, alumbraba sus estudios con velas, una experiencia que marcó su vida. Bajo esa tenue luz, escribió el cuento El chimpancé en la profundidad de Selva, Ucamari, con el que ganó un concurso escolar.
Su creatividad desbordante lo llevó a desarmar objetos en casa para comprender cómo funcionaban, aunque muchas veces su madre no entendía su afán. Tras un accidente doméstico en el que su hermana se quemó al sacar una olla de agua caliente, Hernán inventó una herramienta para levantar ollas y evitar nuevos incidentes.
En la secundaria, lideró un proyecto que descubrió una fibra textil innovadora proveniente de una planta silvestre, conocida como Flor de Mariposa. Este trabajo obtuvo el primer lugar en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología (Fencyt), consolidando su interés por la investigación. Inspirado por su profesor Raúl Bravo, exploró los bosques de Huanta, observando la riqueza de su entorno natural.
Alinti: plantas que iluminan vidas
Hernán continuó sus estudios en la universidad, donde retomó sus investigaciones sobre la energía de las plantas. Durante cinco años realizó pruebas, financiando su proyecto con diversos trabajos. Aunque muchos lo llamaron “loco”, persistió hasta crear Alinti, un dispositivo que combina microorganismos, suelo y plantas para generar electricidad.
El nombre Alinti, que mezcla palabras en aymara y quechua, representa una tecnología que aprovecha fuentes inagotables de energía biológica. Mediante nanotecnología, captura la electricidad generada por estos elementos y la almacena en una batería de 10 amperios. Este dispositivo puede iluminar espacios durante 6 a 8 horas o cargar dos celulares.
Actualmente, Hernán trabaja en mejorar Alinti para iluminar zonas urbanas, como San Isidro y la Costa Verde en Lima. Su meta es brindar una solución sostenible que lleve luz a las más de tres millones de personas en Perú que aún no tienen acceso a electricidad.
“Quiero presentar una nueva forma de iluminar, más limpia, natural y biológica”, declaró Hernán, quien sigue luchando por un Perú más sostenible y equitativo.