El mundo avanza hacia un modelo energético más limpio y sostenible. En este contexto, América Latina tiene un papel central gracias a su riqueza en minerales críticos. Estos recursos son esenciales para la generación de energías renovables, la producción de tecnologías no contaminantes y el impulso de un futuro con menos emisiones de carbono.
¿Qué son los minerales críticos y las tierras raras?
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) explica que los minerales críticos incluyen al litio, cobre, aluminio y níquel, entre otros. A ellos se suman las tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos con propiedades únicas. Estos metales permiten fabricar imanes potentes, resistir altas temperaturas y mejorar la eficiencia energética.
Son clave en turbinas eólicas, baterías recargables, vehículos eléctricos, pantallas electrónicas y otras tecnologías de la transición energética. La CAF advierte que no existen sustitutos para estos elementos, por lo que la demanda seguirá en aumento.

Potencial de América Latina en la transición energética
La región concentra algunos de los mayores yacimientos del mundo. Bolivia, Argentina y Chile lideran en reservas de litio. En cobre, Chile ocupa el primer lugar y Perú el tercero a nivel global. Brasil destaca en níquel y tierras raras, además de tener importantes reservas de cobre. Cuba, por su parte, se ubica en el tercer lugar mundial en cobalto.
“El desafío de la región consiste en que estos recursos no se conviertan únicamente en materias primas extractivas de exportación, sino en palancas de transformación productiva y reindustrialización verde”, señala la CAF.
Retos para transformar la minería en desarrollo sostenible
Para aprovechar esta oportunidad, la región debe pasar de un modelo extractivo a uno industrial y tecnológico. Según la CAF, el camino incluye tres ejes estratégicos:
- Industria de baterías y electromovilidad: creación de polos industriales para producir celdas, cátodos y vehículos eléctricos.
- Economía circular: implementación de sistemas de reciclaje de baterías y recuperación de minerales desde residuos electrónicos.
- Procesamiento local: instalación de plantas de separación y refinación para generar mayor valor agregado y reducir la dependencia externa.