El Día de la Mujer Emprendedora se conmemora cada 19 de noviembre con el objetivo de visibilizar el rol económico de miles de mujeres que impulsan iniciativas propias en la región. La fecha recuerda la importancia de promover condiciones equitativas en el ecosistema empresarial y reconocer el aporte de quienes apuestan por nuevos proyectos. En América Latina, esta tendencia continúa en aumento y refleja el interés por alcanzar autonomía, fortalecer habilidades y desarrollar negocios sostenibles.
Emprendimiento femenino en América Latina
América Latina presenta una de las tasas más altas de participación femenina en nuevos proyectos, según la Global Entrepreneurship Research Association. Más allá de los indicadores, el avance responde a decisiones vinculadas con la independencia y el crecimiento personal en contextos económicos variables. Emprender implica liderar, aprender y adaptarse a nuevas dinámicas. Cada vez más mujeres optan por gestionar su tiempo, ingresos y desarrollo profesional a través de iniciativas propias.
La construcción de un emprendimiento se establece a partir de convicción, aprendizaje y colaboración. “Cuando se empieza a emprender, es fácil caer en la trampa de obsesionarse con los números: ¿cuánto debo invertir? ¿Cuánto ganaré en los primeros meses? ¿Cuánto tiempo necesito dedicar? Si bien estas preguntas son importantes, lo fundamental es pensar más allá de las cifras y concentrarse en los objetivos a alcanzar. Establecer metas claras, como expandir la red de clientes, mejorar la calidad del servicio, o incrementar la presencia en redes, es más efectivo que enfocarse únicamente en montos o plazos”, afirman desde Essen, compañía dedicada al diseño, desarrollo, fabricación y comercialización de productos para la cocina en seis países de la región.

La empresa, con 45 años de trayectoria, acompaña a emprendedores que buscan transformar su interés en una fuente de ingresos sostenible y comparte recomendaciones para dar los primeros pasos.
Consejos esenciales para iniciar un emprendimiento
Entre las sugerencias básicas para quienes comienzan destacan las siguientes pautas:
- Establecer objetivos personales. En escenarios cambiantes, pensar en cifras exactas puede resultar complejo. Definir metas concretas permite ajustar el proceso y orientar los esfuerzos.
- Construir una red de contactos. Crear una base de datos con personas conocidas funciona como punto de partida para generar vínculos comerciales.
- Reinvertir estratégicamente. Cada emprendedor define cuánto reinvertir. Mantener un stock mínimo facilita atender la demanda inmediata.
- Elegir el canal de difusión. La publicidad en redes sociales, aunque no obligatoria, suele ofrecer resultados favorables frente al boca a boca o los métodos tradicionales.
Capacitación y gestión estratégica en el emprendimiento
Uno de los mitos más frecuentes es esperar condiciones económicas favorables para iniciar un negocio. El sector emprendedor permite desarrollar proyectos flexibles que evolucionan según la demanda. “Emprender con Essen permite superar los propios límites, trabajar sin horarios y desde el lugar que sea, así como manejar un negocio y equipo propios.”, señala Helga Yasci, Directora de Essen.
La compañía comparte además otras recomendaciones para optimizar el desempeño:
- Capacitación continua. Conocer a fondo el producto y dominar técnicas de venta, liderazgo y gestión digital es clave para fortalecer la propuesta.
- Organización estratégica. Planificar el tiempo asegura una dedicación equilibrada al proyecto.
- Superación de retos. La búsqueda constante de clientes y oportunidades impulsa el crecimiento en un entorno dinámico.
El desarrollo de un emprendimiento se basa en decisiones sostenidas, formación y trabajo en comunidad. Con herramientas adecuadas y una red de apoyo, el proceso puede adaptarse a distintos contextos y consolidarse con el tiempo.




















