Fijar el precio de un servicio, a diferencia de un producto tangible, implica retos adicionales. En el contexto peruano, donde la oferta de servicios es diversa y en crecimiento, calcular correctamente el valor de un servicio puede marcar la diferencia entre la rentabilidad y la pérdida. Esto se debe a que el cliente no adquiere un objeto físico, sino una experiencia o una transformación basada en factores muchas veces subjetivos.
A continuación, te explicamos los pasos clave que las empresas deben seguir para definir correctamente el precio de sus servicios.
Factores para calcular precios de servicios
A diferencia de un producto físico, un servicio no puede ser visto, tocado ni almacenado. Por ello, es fundamental considerar variables que no siempre son fácilmente medibles:

1. Análisis de costos:
Para determinar un precio justo, la empresa debe calcular todos los gastos asociados a la prestación del servicio. Esto incluye no solo elementos tangibles (como materiales de apoyo), sino también intangibles como el tiempo invertido, la personalización del servicio, la experiencia del personal o la atención al cliente. Por ejemplo, muchos profesionales independientes como consultores, coaches o terapeutas deben establecer tarifas que reflejen tanto su especialización como el tiempo que dedican a cada cliente.
2. Estimación de la demanda:
Es importante observar cómo reaccionan los consumidores ante diferentes precios. Sin embargo, este análisis puede ser complejo en servicios, ya que los usuarios muchas veces no tienen referencias claras sobre lo que es caro o barato. Por ello, se recomienda hacer pruebas de precios y recopilar opiniones para ajustar el valor percibido.
3. Estudio de la competencia:
Antes de definir el precio final, se debe investigar qué ofrecen y cuánto cobran los competidores directos. En el mercado peruano, esto es especialmente relevante en sectores como el turismo, la educación, la salud y los servicios digitales. Con esta información, se puede decidir si se aplicará una estrategia de precios bajos, una tarifa promedio o un precio alto que comunique prestigio y exclusividad.
Definir una estrategia de precios coherente
Una vez identificados los factores anteriores, las empresas deben tomar decisiones estratégicas alineadas con su propuesta de valor:
- Si el servicio es básico, se recomienda mantener precios accesibles y competitivos.
- Si el servicio es altamente personalizado, innovador o con valor agregado (como atención exclusiva o acceso a expertos), se puede optar por precios más elevados.
Además, es posible ajustar el precio final según los complementos que el cliente elija, como soporte adicional, horarios personalizados o seguimiento posterior a la entrega del servicio.
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