Elizabeth Celi Sandoval fundó Celi Modas E.I.R.L en el 2011, pero con la llegada de la pandemia, el negocio ha tenido que mostrar una nueva cara, un rostro ahora visible en redes sociales. Esta alianza le ha asegurado una vigencia aun en tiempos de paralización para muchas propuestas comerciales.
Reinvención
“Hemos tenido que ir viendo medidas para poder innovar”, asegura la emprendedora. Ella ha ampliado la lista de productos durante esta temporada de invierno: poleras personalizadas, polos manga larga y mascarillas con diseños bordados. “Publicamos las prendas cada semana”, explica Elizabeth, quien tiene como propósito no solo una transacción económica, sino también una entrega beneficiosa para el cliente: “trato de ver nuevos diseños e innovar para diferenciar los productos que entrego a cada empresa”.
Acogida
“Gracias a Dios nosotros no hemos parado, hemos seguido creando, innovando. Tenemos clientes que solo nos llaman porque ya nos conocen”, declara la propietaria, quien también asegura que el inicio siempre es difícil para los emprendedores, pero que con esfuerzo el camino se va haciendo llano. Además, “existe la tecnología y nosotros estamos apuntando a ello. Gracias a esta estrategia nuestros clientes están llegando”.
Valor agregado
Cada producto está diseñado con sumo cuidado y también con un plus que lo diferencia de la competencia. “Lo que ofrecemos es la veracidad”, explica Elizabeth. Ella sabe que la exigencia de los clientes juega un papel importante y por ello desea ser transparente al momento de cada entrega. “Al cliente se le ofrece algo que él paga, así que tratamos siempre que cada producto sea de excelente calidad”.
Esta sinceridad ha ocasionado que, con los años, Celi Moda reúna una lista de clientes fieles con los cuales mantiene una conexión que va más allá de la transacción de pedido y venta. “Siempre que vuelven nos dicen que han regresado porque ofrecemos un buen producto.
Dinámica laboral
Hay un personal talentoso detrás de cada producto que Celi Modas ofrece. Elizabeth trabaja con un equipo de seis integrantes: tres personas encargadas de la confección, dos del bordado y un cortador. Todos contribuyen al alto rango de calidad que distingue a este negocio.
Elizabeth reconoce que la actitud positiva es la única que la ayudará a sortear cada uno de los desafíos que puedan llegar. Por ahora lo principal es superar la crisis mundial a causa del COVID-19, después la emprendedora desea tener una tienda física para ofrecerle más variedad al público que tanto quiere.
