Para que la idea de impartir talleres de cine en los colegios de Piura se materialice, la realizadora audiovisual El Perro Viringo, cuyo creador es Dante Chanduví Zapata, buscó una alianza con Churre, una agencia de comunicación liderada por Bryan Quezada Hidalgo.
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Dante y Bryan comparten la opinión de que el lenguaje audiovisual es una necesidad y que, por tanto, vincular el lado artístico y el lado rentable es la manera más eficaz de lograr su propósito: educar a una audiencia que sea mucho más crítica con lo que consume.
Público objetivo: escolares
Los socios saben que modelar el ojo crítico en aquellos que están a punto de terminar la etapa escolar significaría aportar una dosis de mejoría a la industria audiovisual piurana. “No pretendemos formar cineastas, la meta es generar una sociedad más amigable con la producción audiovisual”, asegura Dante Chanduví. “Si alguno de los alumnos prefiere darle oportunidad a un producto solo porque cree que podría ser más provechoso, nos damos por satisfechos porque ya habremos despertado un juicio”, agrega Bryan Quezada.
Iniciativa
En enero de este año Dante empezó a tocar las puertas de los colegios de Piura, las negativas protagonizaban algunas solicitudes. Pero pronto un “Nos interesa mucho, queremos que el celular no solo sea una distracción, sino una utilidad” marcó el inicio del primer taller de cine escolar en el colegio Madre del Buen Consejo.
Mientras tanto, el olfato emprendedor que Bryan ha ido formando a lo largo de sus 26 años le alertaba que el proyecto de Dante, tan enfocado en el perímetro artístico, podría rendir frutos comerciales si conformaba una asociación entre el cine de ficción y el publicitario.
Desde ese entonces, la trayectoria que Dante ha alimentado a sus 21 años –guionista de ficción cuyos cortos han sido participantes de festivales en Argentina y México– ha constituido una buena dupla con la habilidad que Bryan posee para con en el mundo de la publicidad.
Experiencia
Hasta el momento, las cabezas de Perro Viringo y Churre han impartido dos talleres y, además de haber obtenido cinco productos audiovisuales, se han ganado el asombro de los padres de familia, de los profesores y de los mismos alumnos. “¿Era posible hacer todo esto con un celular?”, suelen comentar.
Aquí te dejamos algunos de los cortos y ejercicios que los alumnos realizaron:
Dinámica
Tanto la teoría como la práctica son esenciales para un buen resultado, por tanto, Dante y Bryan distribuyen el tiempo que el colegio les otorga para explicar las nociones conceptuales y, así, alternar con ejercicios rápidos pero efectivos. “Ojalá en todas las clases nos hablaran de cine”, dicen los alumnos una vez que el taller atrapa su atención.
La explicación de la historia del cine, del lenguaje audiovisual, del rodaje y de la edición involucra una participación conjunta. Cada alumno asume tareas, a la vez que en cada uno se va generando una conciencia bien por producir o bien por contemplar un producto mejor elaborado.
Asimismo, cada etapa solo requiere de dos elementos: un celular y la disposición para dejarse atrapar por el mundo detrás de cámara.
Expectativas
Enseñar. Ambos jóvenes tienen el deseo de capacitar a más personas y, dentro de unos años, conformar una escuela de cine independiente. Así como realizar un corto profesional al menos una vez al año y proyectarlo en los cines de Piura.
Dante y Bryan tienen claro que el cine es un arte y también un negocio, y como tal, puede generar beneficios para diferentes actores de la sociedad.
Resultados
Las miradas de asombro de los escolares, los pedidos de “una vez más” y la interrogante de los padres, “¿Esto han hecho nuestros hijos?”, son algunos de los beneficios que sobrepasan cualquier traba que Dante y Bryan puedan tener. Ellos saben que, si bien este negocio recién empieza, la pista es aún muy larga y las excusas para rendirse muy cortas.
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