El Perú se consolida como uno de los países con mayor espíritu emprendedor a nivel mundial. Esto subraya la relevancia de las micro y pequeñas empresas (mypes) en el entramado económico nacional. De acuerdo con cifras oficiales, estas unidades productivas constituyen más del 94% del total de empresas que operan en el país. Sin embargo, esta masiva participación no se traduce en una mayor contribución a la recaudación fiscal ni en la generación de empleo formal.
Informalidad limita el aporte de las mypes
A pesar de su peso cuantitativo, la mayoría de las mypes se mantienen en la informalidad, lo que afecta directamente su capacidad para tributar y ofrecer condiciones laborales adecuadas. Esta situación contrasta con la realidad de las medianas y grandes empresas, que, aunque representan apenas el 6.4% del universo empresarial, tienen un mayor grado de formalidad y contribuyen significativamente a la economía formal del país.
La necesidad de fortalecer el segmento mediano
Para el economista país del Banco Mundial en el Perú, Antonio Cusato, el enfoque tradicional centrado en apoyar a las pequeñas empresas debe complementarse con políticas que impulsen el crecimiento de las medianas.

“El problema no es solo que haya muchas pymes, sino que hay muy pocas medianas empresas. En economías desarrolladas como la de Estados Unidos, estas representan alrededor del 40% del total y siguen creciendo”, señaló.
Políticas públicas para dinamizar la inversión empresarial
En este contexto, Cusato destacó las acciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), orientadas a fomentar el desarrollo de las medianas empresas. La cartera económica impulsa medidas concretas para facilitar su crecimiento, en un entorno donde las expectativas empresariales muestran signos de recuperación.
Según datos del Banco Central de Reserva, las proyecciones sobre el desempeño económico y la inversión privada a corto plazo se ubican en terreno positivo por primera vez desde 2019. Esta percepción favorable, que excluye al sector minero, abre una ventana de oportunidad para reactivar la inversión privada como motor del crecimiento.
El ministro de Economía, José Salardi, reafirmó su compromiso con la reactivación económica mediante el impulso de asociaciones público-privadas (APP), la modalidad de obras por impuestos (OxI) y la reducción de barreras burocráticas. Como parte de esta estrategia, ya se presentó un paquete inicial con más de 400 medidas orientadas a agilizar la inversión.
Hacia una nueva generación de reformas estructurales
El informe del Banco Mundial Perú: Aprovechando las Oportunidades para el Crecimiento y la Prosperidad subraya la urgencia de adoptar reformas profundas. Una de las prioridades es la modernización del régimen laboral, que actualmente impone altos costos no salariales a las empresas formales. En promedio, mantener un trabajador asalariado formal cuesta un 70% adicional a su sueldo, uno de los porcentajes más altos en la región.
Cusato ejemplificó esta situación señalando que muchas empresas peruanas evitan superar los 20 empleados, ya que al hacerlo se ven obligadas a distribuir un mayor porcentaje de utilidades y asumir cargas fiscales adicionales. Este límite actúa como una barrera para la expansión y desalienta la inversión en capital humano.
Tecnología, innovación y productividad
Además de las reformas laborales, el Banco Mundial recomienda aumentar la inversión en innovación y tecnología. Las empresas peruanas no solo invierten menos que sus pares regionales, sino que también muestran menor disposición a adoptar tecnologías extranjeras. En ese sentido, promover la investigación y desarrollo, así como fortalecer los vínculos entre el sector privado y la academia, es clave para aumentar la productividad.
Programas de formación en habilidades técnicas y gerenciales también pueden marcar la diferencia, sobre todo para emprendedores con alto potencial. Iniciativas impulsadas por el Concytec han demostrado ser efectivas para fomentar la innovación, mejorar prácticas gerenciales y generar sinergias entre industria y centros de conocimiento.
En busca de un crecimiento sostenido
Según Cusato, para alcanzar el estatus de país de ingreso medio alto en los próximos 20 años, se necesita una agenda ambiciosa de reformas estructurales. Esto implica mejorar áreas estratégicas como la educación, la infraestructura, la eficiencia del mercado y la institucionalidad.
“Si se logran avances en estos frentes, el Perú podría romper con la tendencia de crecimiento potencial de entre 2% y 2.5%, y alcanzar niveles cercanos al 4% o 5%”, aseguró el representante del Banco Mundial.
Condiciones externas favorables, pero no suficientes
Finalmente, Cusato advirtió que factores coyunturales como el alto precio del cobre están ayudando a mejorar el panorama económico. No obstante, subrayó que este impulso externo no será permanente. Por ello, insistió en la importancia de consolidar reformas que permitan capitalizar este momento y asegurar un desarrollo sostenible en el largo plazo.