La economía peruana se enfrenta a una encrucijada crítica, evidenciada por la pérdida de 125,000 empleos entre enero y setiembre del 2023, marcando un hito negativo en la historia reciente del empleo en el país. Esta inquietante situación, reflejada en la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), revela la magnitud de la crisis laboral que actualmente azota al Perú.
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Impacto rural y la crisis de fertilizantes
El sector agrícola sufre una caída considerable del 4.7%, dejando a aproximadamente 170,000 personas sin empleo. Factores como la escasez de lluvias y la crisis en el suministro de fertilizantes afectan drásticamente la producción agropecuaria, generando un impacto especialmente severo en las zonas rurales.
La falta de precipitaciones en la sierra centro-sur y las elevadas temperaturas en el norte han golpeado duramente a los trabajadores del campo, agravando la situación ya complicada por la crisis de fertilizantes.
Construcción vs comercio y servicios
En el ámbito urbano, el empleo experimenta un modesto avance del 0.3%, mientras que sectores cruciales como construcción y manufactura muestran un descenso del 5.0%. Aunque el comercio y servicios compensan con un aumento del 2.3%, la estabilidad laboral en las ciudades dista de ser alentadora.
La situación en las áreas urbanas presenta desafíos adicionales, ya que, a pesar del ligero avance gracias al comercio y servicios, la construcción y la manufactura registran una preocupante disminución del 5.0%. Este estancamiento laboral urbano complica aún más el panorama económico general del país.
Pobreza en aumento
La disminución de salarios y la persistente debilidad en la inversión privada posicionan al 2023 como el año con la mayor crisis laboral. Las proyecciones para el 2024 son cautelosas, planteando desafíos significativos para la recuperación económica y la generación de empleo.
La pérdida de empleo no solo se traduce en cifras alarmantes, sino que tiene repercusiones directas en la calidad de vida de las personas. La reducción de salarios, unida a la debilidad en la inversión privada, plantea desafíos considerables para la reducción de la pobreza y la reactivación económica en el próximo año. La incertidumbre económica se cierne sobre el país, exigiendo respuestas y acciones decisivas para revertir esta tendencia preocupante.