Guía para trabajadores| En el complejo entramado del ámbito laboral, surge la interrogante crucial: ¿trabajar en planilla o mediante recibos por honorarios? Ambas modalidades poseen sus propias características, con ventajas y desventajas que impactan directamente en la vida financiera y profesional de un individuo.
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Recibo por honorarios
La percepción inmediata del trabajo bajo recibos por honorarios es la obtención de liquidez total. Es decir, el trabajador recibe la totalidad de su remuneración sin descuentos, proporcionando una sensación de ingreso íntegro.
Sin embargo, la contrapartida es la notoria falta de estabilidad laboral. Al carecer de un contrato formal, el empleado está expuesto a ser desvinculado en cualquier momento a criterio de la empresa. Además, se prescinde de beneficios laborales fundamentales como seguro de salud, gratificaciones y compensación por tiempo de servicios (CTS).
Trabajo en planilla
El trabajo en planilla, por otro lado, ofrece estabilidad laboral al establecer un contrato formal con la empresa. A pesar de la percepción de una reducción salarial debido a las obligatorias contribuciones a la ONP o AFP, que oscilan entre el 10% y el 13%, los beneficios son significativos. Estos incluyen seguro de salud, gratificaciones, doble sueldo en julio y diciembre, compensación por tiempo de servicios (CTS), entre otros.
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Aunque estos beneficios no se reflejen directamente en el sueldo mensual, se puede calcular el valor real multiplicando el salario por 1.437. Esta cifra representa lo que la empresa debería desembolsar mensualmente, si incorporara gratificaciones, CTS, etc., en un solo pago.
En última instancia, la elección entre trabajo en planilla y recibos por honorarios dependerá de las prioridades y metas individuales de cada trabajador, sopesando la estabilidad frente a la liquidez y los beneficios a largo plazo frente a la ganancia inmediata.