La automatización está cambiando el panorama laboral a un ritmo acelerado, y el impacto en los empleos tradicionales no deja de generar debate. Un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF) revela datos que podrían transformar la forma en que entendemos el trabajo en la próxima década.
Transformación tecnológica y el futuro laboral
Según el informe sobre el Futuro del Empleo 2025 del WEF, el avance de la automatización y la inteligencia artificial (IA) podría generar un cambio sin precedentes. Aunque se espera que 92 millones de empleos sean eliminados, también se proyecta la creación de 170 millones de nuevos puestos, lo que resultaría en un crecimiento neto de 78 millones de empleos para 2030.
Este cambio impactará tanto a sectores tradicionales como emergentes. Patricia Paulet, subdirectora de las facultades de Ingeniería y Tecnología de IDAT, destacó que “un 59% de la fuerza laboral global necesitará capacitarse o adquirir nuevas habilidades para mantenerse competitiva”.
A pesar de que el 41% de las empresas tiene planes para reducir su plantilla mediante la implementación de tecnologías avanzadas, un 77% de los empleadores se comprometió a invertir en la formación de sus trabajadores para adaptarse a estas transformaciones.
Oportunidades y desafíos en el nuevo mercado laboral
El informe también señala que los trabajos relacionados con la tecnología ocuparán un lugar central en esta revolución. Sin embargo, empleos de primera línea, como agricultores, trabajadores de construcción y repartidores, liderarán el crecimiento en términos absolutos. Asimismo, el envejecimiento poblacional aumentará la demanda de profesionales en los sectores de salud y educación.
No obstante, las industrias también enfrentan grandes desafíos. Un 63% de los empleadores identificó el desfase de habilidades como su principal obstáculo para avanzar en la transformación empresarial. Este problema afecta tanto a sectores emergentes como a roles tradicionales, como cajeros y auxiliares administrativos, que están en alto riesgo de automatización.
Mientras que habilidades técnicas como inteligencia artificial, big data y ciberseguridad seguirán ganando relevancia, competencias humanas como el pensamiento analítico, la colaboración y la resiliencia serán esenciales para afrontar los retos del futuro laboral.