El Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) lanzó una advertencia sobre el impacto profundo, aunque a menudo invisibilizado, que tienen las condiciones laborales adversas en la salud emocional de los trabajadores peruanos.
Aunque el estrés laboral ha sido ampliamente discutido en los últimos años, el bienestar psicológico de quienes integran la fuerza laboral continúa siendo un tema postergado. Así lo advierte Arturo Changana, psiquiatra del Departamento de Emergencia del INSM “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, al señalar que el entorno de trabajo ha dejado de ser solo una fuente de ingresos para convertirse, en muchos casos, en un factor de riesgo para la salud mental.
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, en 2023 se registraron más de 42 000 atenciones por casos de estrés severo. Un informe del año anterior ya revelaba que el 72 % de los trabajadores se siente exhausto debido a sus condiciones laborales.

Historias que evidencian una crisis silenciosa
Más allá de las cifras, hay testimonios que retratan las consecuencias humanas de este fenómeno. Mary, trabajadora administrativa del sector público, relata cómo la escasez de recursos para cumplir con sus funciones la llevó a un estado de irritabilidad y agotamiento constante.
“Aunque decía lo que pasaba, no había respuestas”, afirma.
Raúl, asistente en un centro de salud, comparte una vivencia similar: “Con tantos pacientes y tanta presión, solo pensaba en terminar el día y volver a casa con un fuerte dolor de cabeza”. Ambos casos reflejan una realidad común: entornos exigentes, escaso respaldo emocional y cargas laborales que sobrepasan lo razonable.
Factores que afectan la salud mental laboral
El especialista del INSM identificó cinco elementos recurrentes que deterioran el estado emocional de los trabajadores:
- Sobrecarga de trabajo: Las jornadas prolongadas —superiores a las 48 horas— están directamente asociadas con el síndrome de burnout. Un 24 % de trabajadores en Perú vincula este agotamiento extremo con el exceso de labores.
- Ambigüedad en los roles: La falta de definición en las funciones y el escaso control sobre decisiones genera incertidumbre y ansiedad.
- Inseguridad en el empleo: La precariedad contractual y la amenaza constante de despido agravan el estrés laboral.
- Maltrato psicológico: Uno de cada cinco trabajadores ha sido víctima de violencia emocional en su centro de labores.
- Ambientes laborales nocivos: Según la Organización Mundial de la Salud, estos espacios favorecen el desarrollo de trastornos como depresión, ansiedad o estrés postraumático.
Hacia una cultura laboral saludable
Frente a esta situación, el INSM subraya la necesidad de un cambio estructural que priorice la salud mental en las organizaciones. Entre las acciones recomendadas figuran: la reducción de la carga laboral, la capacitación en liderazgo empático, el equilibrio entre la vida personal y el trabajo, el acceso a apoyo psicológico y la creación de espacios laborales seguros y libres de violencia.
La institución concluye que esta responsabilidad no solo recae en los empleadores, sino en toda la sociedad. Garantizar un trabajo digno y emocionalmente saludable es clave para construir un país más justo y sostenible.