El desarrollo acelerado de la inteligencia artificial marcaría un punto de inflexión en el futuro del trabajo, según Sam Altman, CEO de OpenAI y creador de ChatGPT. En un reciente ensayo, el ejecutivo afirmó que la humanidad ya ha comenzado su transición hacia una era dominada por una inteligencia digital con capacidad para transformar por completo la economía global.
El impacto de la IA en el empleo y la transformación del trabajo
Altman advirtió que el progreso en el desarrollo de sistemas inteligentes podría provocar la desaparición de categorías completas de empleos. A su juicio, la adopción masiva de herramientas como ChatGPT demuestra la magnitud del cambio en curso, describiendolas como “más poderosas que cualquier ser humano en la historia”.
“Ya pasamos el horizonte de sucesos: el despegue empezó”, indicó, en referencia al punto sin retorno en el desarrollo tecnológico. Según explicó, aunque el proceso no sea como se muestra en la ciencia ficción, el efecto que tiene en la vida cotidiana es profundo y transformador.

Millones de personas ya utilizan inteligencia artificial para resolver tareas complejas. Ello ha generado una transformación silenciosa en la forma de producir conocimiento y realizar funciones diarias. Altman destacó que “una pequeña nueva capacidad puede generar un impacto enormemente positivo. Una mínima desalineación, multiplicada por cientos de millones de personas, puede provocar un gran daño”.
Avances tecnológicos y riesgos asociados a la automatización
El ejecutivo resaltó que el ritmo de desarrollo de la inteligencia artificial sigue en aumento, lo que impulsa mayores niveles de productividad en diversos sectores. Según indicó, los científicos ya están duplicando o triplicando su rendimiento mediante el uso de asistentes de IA. Esto podría acelerar el progreso en distintas disciplinas.
Además, planteó la posibilidad de que los robots y centros de datos alcancen la capacidad de replicarse a sí mismos. Ello haría de la IA, una economía automatizada y en constante expansión. Bajo este escenario, Altman reiteró que podrían desaparecer grupos completos de empleos, al igual que ocurrió con ocupaciones como la de farolero en el pasado.
“Nadie mira atrás deseando ser farolero. Si uno de ellos pudiera ver el mundo de hoy, probablemente pensaría que la prosperidad que nos rodea es inimaginable”, sostuvo.
Desafíos éticos y necesidad de democratizar la inteligencia artificial
En su análisis, Altman subrayó la importancia de abordar el “problema de alineación”. Este último se refiere a la capacidad de la inteligencia artificial para actuar conforme a los valores y metas humanas, más allá de maximizar la gratificación inmediata.
También destacó la necesidad de evitar la concentración del poder tecnológico en pocas manos. “Hacer que la superinteligencia sea barata, ampliamente disponible y no concentrada en pocas manos, empresas o países”, es clave —según afirmó— para reducir riesgos de abuso y desigualdad en el acceso a los beneficios de estas herramientas.