Te dejamos una columna de opinión escrita por Brenda Silupú, docente de la Universidad de Piura, sobre los topes al emprendimiento. ¡Toma nota de los consejos, emprendedor!
La informalidad empresarial y la falta de inclusión financiera son dos problemas estructurales que nuestro país viene atravesando desde hace muchos años y que ahora, en este tiempo de pandemia, se han agravado.
Por ello, las instituciones financieras cumplen un rol muy importante porque algunas de ellas atienden el sector informal y fomentan la bancarización de sus clientes. Sin embargo, el costo de la intermediación financiera, que es la tasa de interés, se define en base a costos y al riesgo que enfrentan.
En nuestro país, la probabilidad de fracaso empresarial es de 90% cuando uno inicia un negocio nuevo y es muy probable que empiece informalmente. Esto hace que los emprendedores se consideren de alto riesgo. Actualmente, el Estado no brinda líneas de financiamiento dirigidas al sector emprendedor (como capital semilla, inversionistas ángeles o fuentes de financiamiento); con las cuales, bajo un proceso de supervisión y asesoramiento empresarial, la pequeña empresa pueda crecer de manera sostenida y generar fuentes de empleo
A la fecha, solo se han diseñado medidas de políticas que ponen límites a las tasas de interés sin intentar dar una solución a los grandes problemas que tenemos.
Además, ahora las instituciones financieras no podrán atender a este gran grupo de emprendedores; que dadas sus condiciones y características de no disponer de un historial crediticio, tampoco no podrán acceder a una fuente de financiamiento formal.
Necesitamos reactivar nuestra economía teniendo en cuenta que los emprendedores y empresarios son los que pueden contribuir en este crecimiento, al fomentar el empleo. Las instituciones y organismos públicos y privados deben de incentivar el emprendimiento innovador para que en el 2021 podamos recuperar lo que hemos perdido.
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