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Contar con una cuenta bancaria es un requisito esencial para quienes inician un emprendimiento. Esta herramienta permite registrar, ordenar y formalizar todos los movimientos de dinero del negocio.

Alfredo Marín, gerente de Pasivos de BanBif, señala que la cuenta más útil para un negocio debe ofrecer acceso digital a los movimientos y tener costos competitivos. En negocios con actividad diaria, estas condiciones resultan indispensables.

Claves para elegir una cuenta bancaria para empresas

Marín recomienda evaluar tres aspectos fundamentales antes de abrir una cuenta empresarial:

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  • Costos asociados: Incluye mantenimiento, transferencias, cobro de cheques y uso de banca por internet.
  • Acceso digital: Es importante contar con plataformas online que permitan realizar operaciones sin acudir al banco.
  • Remuneración de saldos: Considerar si la cuenta ofrece rentabilidad sobre el dinero depositado.

Existen dos tipos de cuentas principales para empresas: las cuentas corrientes y las cuentas de ahorro. Las cuentas corrientes permiten sobregiros y están asociadas al uso de chequeras. En cambio, las cuentas de ahorro no ofrecen esa opción y son usualmente elegidas al iniciar una empresa.

Aunque las transferencias digitales han reemplazado en gran parte a las chequeras, las empresas continúan utilizando cuentas corrientes por su flexibilidad operativa.

Ventajas de bancarizar tu negocio

Utilizar una cuenta empresarial ofrece tres beneficios clave:

  1. Cumplimiento legal: Permite bancarizar los flujos financieros, como exige la normativa peruana.
  2. Control de operaciones: Facilita el registro ordenado de ingresos y egresos.
  3. Gestión de pagos: Permite recibir transferencias, abonos y pagos por títulos valores o documentos.

Al iniciar un negocio, muchas personas usan su cuenta personal. Sin embargo, esta práctica mezcla finanzas personales y empresariales, lo que puede generar desorden financiero.

Cuando los montos aumentan, lo más recomendable es adoptar una forma empresarial. Puede ser una Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL) o una Sociedad Anónima Cerrada (SAC). Estas figuras legales separan el patrimonio del negocio del patrimonio personal, lo que ayuda a proteger la responsabilidad del emprendedor y mejora el control financiero.

Fuente: Andina.pe

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