El 2025 podría ser un año lleno de desafíos y transformaciones para la economía de América Latina y el Caribe. Según el más reciente reporte del Banco Mundial, titulado «Perspectivas económicas mundiales» , se proyecta que el crecimiento económico de la región será de apenas un 2.5% este año. Aunque este indicador refleja una desaceleración en comparación con años anteriores, sectores como la tecnología y las startups están mostrando un dinamismo impresionante, destacándose como motores clave para el futuro de la región.
El auge de las startups latinoamericanas
En 2024, las startups de América Latina lograron captar más de tres billones de dólares en capital , lo que representa un crecimiento del 30% respecto al año anterior. Estas empresas no solo están atrayendo inversiones significativas, sino que también están revolucionando sectores clave como la biotecnología, la inteligencia artificial, las tecnologías limpias (cleantech), la robótica, el desarrollo de satélites y los dispositivos médicos.
María Macías Mañas, directora del Máster Universitario en Derecho de los Negocios y la Contratación Internacionales de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), explica que estas startups están adoptando estrategias de expansión poco convencionales. «A diferencia del modelo de Uppsala, que propone una internacionalización gradual, muchas startups latinoamericanas nacen con vocación global (born globals ) y desarrollan estrategias internacionales desde sus etapas tempranas. Esto les permite acelerar su presencia en mercados internacionales», detalla la experta.
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Este enfoque innovador está permitiendo a las empresas regionales competir en un escenario global, aprovechando las oportunidades que ofrece la digitalización y la conectividad.
Sostenibilidad y transformación tecnológica: Claves para el éxito
Para mantenerse competitivas en un mercado cada vez más exigente, las empresas latinoamericanas están priorizando dos factores fundamentales: la transformación tecnológica y la sostenibilidad . Ambos criterios son esenciales para evitar obstáculos en su expansión internacional, especialmente en un contexto donde la protección del medioambiente y la acción climática están ganando relevancia.
Además, con el aumento de regionalismos y tensiones políticas, como las relacionadas con el nuevo presidente de EE.UU., las empresas están buscando reducir su dependencia de socios comerciales tradicionales, muchos de los cuales tienden al proteccionismo. En este sentido, el sector del comercio electrónico (e-commerce) ha emergido como una herramienta poderosa para diversificar fuentes de ingresos y alcanzar audiencias globales con inversiones relativamente moderadas.
El e-commerce ha permitido que pequeñas y medianas empresas accedan a nuevos mercados, expandiendo su alcance sin necesidad de grandes infraestructuras físicas. Sin embargo, este crecimiento no está exento de desafíos.
Barreras y soluciones en el comercio electrónico
A pesar de las oportunidades que ofrece la virtualidad, las empresas enfrentan importantes barreras relacionadas con la seguridad , la atención al usuario , la logística y el marketing . Entre los principales desafíos están:
- Cumplir con las regulaciones locales de cada país.
- Garantizar la protección de datos y los derechos del consumidor.
- Implementar sistemas logísticos eficientes que aseguren puntualidad y transparencia en los pedidos.
«Si bien el comercio electrónico abre nuevas oportunidades, las empresas deben estar preparadas para enfrentar estas complejidades con soluciones tecnológicas y logísticas avanzadas, así como estrategias de marketing que generen propuestas de valor únicas y diferenciadas», recomienda María Macías Mañas.
Hacia un futuro más resiliente
El crecimiento de las startups y el impulso del e-commerce representan una luz de esperanza para América Latina en un año marcado por desafíos económicos. Sin embargo, para consolidar estas oportunidades, las empresas deben adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos, priorizar la sostenibilidad y superar las barreras logísticas y regulatorias.
Con una visión estratégica y un enfoque en la innovación, la región tiene el potencial de fortalecer su posición en el mercado global, diversificando sus economías y reduciendo su dependencia de socios comerciales tradicionales. Este esfuerzo conjunto podría marcar el inicio de una nueva era de prosperidad para América Latina y el Caribe.