La psicología del consumo adquiere un rol decisivo durante campañas como Black Friday, Navidad o Hot Sale, donde los consumidores enfrentan estímulos diseñados para acelerar decisiones de compra. En estas fechas, la urgencia, los descuentos y la presión social activan respuestas emocionales que pueden llevar a adquirir productos fuera de cualquier planificación real. Este artículo analiza los factores cognitivos que influyen en estas decisiones y las estrategias que utilizan las marcas para impulsar compras inmediatas.
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La influencia de la psicología del consumo en temporadas de descuentos
Durante las campañas masivas, millones de personas adquieren productos que no estaban en sus planes debido a factores emocionales y cognitivos que operan más allá de la necesidad real o de la oportunidad económica. Según un estudio de Google/Ipsos, seis de cada diez consumidores esperan deliberadamente las temporadas de descuentos para realizar compras. Este comportamiento evidencia que estas fechas activan un estado mental de “solo por hoy”, el cual condiciona la decisión antes de cualquier evaluación racional.
El contexto económico también influye en la predisposición a comprar. De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la economía peruana crecería 3.5 % este año, superando el promedio de la región. Además, BBVA Research señala que el gasto privado de los hogares creció 7.2 % en agosto del 2025, mientras que el consumo representa cerca del 61 % del PBI. Este incremento está relacionado con estrategias de marketing basadas en urgencia o descuentos, que fomentan compras no planificadas donde la emoción y la percepción de oportunidad pesan más que la necesidad.

Desde la neurociencia, se detalla que estímulos como descuentos, temporizadores o frases como “últimas unidades” provocan la liberación de dopamina, generando una sensación de recompensa inmediata. Este mecanismo favorece decisiones rápidas, guiadas por la anticipación y la búsqueda de satisfacción. No obstante, cuando estas decisiones no son conscientes, pueden generar posteriormente culpa o estrés financiero.
“El comprador activa un ciclo emocional: primero hay euforia, pero si no se justifica o genera endeudamiento, aparece el arrepentimiento. Cuando este ciclo se repite, el consumo puede convertirse en una forma de regular emociones”, explicó el especialista en neurociencia del consumidor Martín Diez, de BIU University.
Entre los detonantes más utilizados en estrategias comerciales destacan:
- Urgencia: “Tiempo limitado”.
- Escasez: “Quedan pocas existencias”.
- Comparación de precios con rebajas aparentes.
- Mensajes emocionales: “Te lo mereces”.
- Prueba social: opiniones, calificaciones y tendencias de compra.
“Ninguna decisión es completamente racional. En estas fechas, el miedo a perder una oportunidad pesa más que la necesidad real”, agregó Diez.
Tendencias del consumidor peruano en campañas navideñas
El comportamiento del consumidor peruano durante la temporada navideña sigue patrones similares. Proyecciones de BBVA Research y datos de Google estiman que el gasto navideño alcanzó alrededor de S/ 1,200 millones, con un ticket promedio de S/ 926 por persona, principalmente destinado a regalos para niños. Este aumento refleja que las festividades se convierten en un momento de alta activación emocional, donde las dinámicas familiares y los estímulos publicitarios impulsan compras que no siempre están alineadas con la planificación financiera.
Sin embargo, en la campaña del 2023, las proyecciones mostraron una reducción del gasto debido al contexto de desaceleración económica. La cautela de los hogares se intensificó a raíz del reconocimiento oficial de la recesión, lo que evidenció una disminución en la tolerancia al riesgo financiero y un enfoque más conservador frente a las compras impulsivas.
La neurociencia del consumo también explica que, ante escenarios económicos adversos, el cerebro prioriza decisiones más protectoras. Aun así, los estímulos intensos de las campañas comerciales pueden activar igualmente respuestas emocionales que lleven a decisiones de compra rápidas.
Para evitar este tipo de comportamientos, Diez recomienda tres prácticas simples:
- Detenerse 60 segundos antes de comprar y preguntarse si realmente se necesita el producto.
- Identificar el detonante emocional predominante, como aburrimiento, ansiedad o presión social.
- Aplicar la regla de las 3R: reducir, reusar y reciclar.
Por último, el especialista subrayó que comprender la psicología del consumo permite fortalecer la salud financiera y el bienestar emocional, además de fomentar un marketing responsable. “El marketing ético no busca que las personas compren más, sino que compren con sentido. La línea está en generar valor, no dependencia”, concluyó.




















