En los últimos años, el sector de las bodegas en Perú ha sido duramente golpeado por un incremento alarmante de la delincuencia, especialmente por los casos de extorsión. Según un boletín emitido por la Policía Nacional del Perú (PNP), entre el 1 de enero y el 7 de noviembre de 2024 se registraron 16,204 incidentes de extorsión, de los cuales 3,693 afectaron directamente a comerciantes. Este fenómeno ha llevado al cierre de casi 3,000 bodegas solo en 2024, según datos de la Asociación de Bodegueros del Perú.
El impacto económico y social
El análisis del Consejo Privado de Competitividad (CPC), basado en información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) entre 2022 y 2024, revela que el número de víctimas de extorsión en el país aumentó en un 50%. Este escenario ha obligado a muchos pequeños comerciantes a ajustar sus horarios de operación o incluso cerrar definitivamente sus negocios para evitar ser blanco de los extorsionadores.
El Instituto Peruano de Economía (IPE) señala que esta situación no solo afecta a los propietarios de las bodegas, sino que también tiene un impacto negativo en la economía local y en la generación de empleo. Además, organizaciones como la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú han tomado medidas al ofrecer webinars y capacitaciones sobre cómo protegerse frente a estas amenazas.

Estrategias de protección: Las cámaras de seguridad como solución
Una de las estrategias más adoptadas por los bodegueros para enfrentar este problema es la instalación de cámaras de seguridad. Este recurso tecnológico se ha convertido en una herramienta clave para prevenir y combatir los delitos relacionados con la extorsión.
Lilly Cortez, SMB Key Account Manager en Dahua, explica que las micro y pequeñas empresas (mypes) suelen invertir menos en seguridad en comparación con las pequeñas y medianas empresas (pymes). Sin embargo, esta tendencia está cambiando, ya que los comerciantes reconocen la importancia de implementar medidas de protección para salvaguardar sus activos y operaciones.
“Las cámaras de seguridad pueden funcionar como un elemento disuasorio y son un recurso valioso, ya que proporcionan información esencial sobre los delincuentes. Esta información puede utilizarse para elaborar planes de contingencia antes, durante y después de un incidente, lo que facilita la labor de las autoridades para capturar a los responsables”, puntualiza Cortez.
Un llamado a la acción
La instalación de cámaras de seguridad no solo ayuda a prevenir delitos, sino que también contribuye a la sostenibilidad de los negocios en el país. En un contexto donde la extorsión sigue siendo una amenaza latente, los bodegueros están buscando formas innovadoras de proteger sus establecimientos y garantizar su seguridad.
Este esfuerzo conjunto entre el sector privado, las autoridades y las organizaciones empresariales es fundamental para combatir este flagelo y asegurar que las bodegas, pilares de las comunidades locales, puedan seguir operando sin miedo a las amenazas de los extorsionadores.