A más de un año de los comicios presidenciales, el panorama político peruano ya genera incertidumbre en los mercados. La posibilidad de que más de 50 partidos políticos y hasta 12,000 candidatos participen en las elecciones ha encendido las alarmas sobre una eventual fragmentación del voto y sus consecuencias económicas. Este clima de incertidumbre podría intensificarse a medida que la campaña electoral se acerque, afectando las expectativas de los inversionistas y el crecimiento económico.
Preocupaciones empresariales ante el escenario político
Durante una conferencia reciente, Gianfranco Ferrari, CEO de Credicorp Ltd., expresó su inquietud sobre el impacto que el proceso electoral podría tener en los mercados. Según Ferrari, «el inicio de la campaña electoral a finales de este año podría aumentar la incertidumbre a medida que las actividades políticas se intensifiquen».
La fragmentación política no solo complica el panorama electoral, sino que también genera riesgos para la economía. Michela Casassa, directora financiera de Intercorp Financial Services, destacó que la economía peruana podría experimentar dos fases diferenciadas en 2025. Mientras el primer semestre será más dinámico debido a la actividad preelectoral, el crecimiento podría ralentizarse en la segunda mitad del año, afectado por la polarización y la incertidumbre.
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En 2024, la economía peruana logró un crecimiento estimado del 3%, superando el promedio regional de 2.2%. Sin embargo, los recuerdos del ciclo electoral de 2021 aún persisten entre los inversores. Durante esa contienda, el temor a una administración radical de izquierda provocó una fuga de capitales de aproximadamente 17,000 millones de dólares, además de un desplome en el mercado de valores y una caída histórica de la moneda nacional.
El legado de inestabilidad política
El mandato de Pedro Castillo, quien asumió la presidencia tras las elecciones de 2021, estuvo marcado por una profunda inestabilidad política. Aunque su gobierno no concretó cambios radicales en la Constitución, su destitución en 2022 dejó secuelas en la confianza de los inversionistas.
Dina Boluarte, quien asumió el poder tras la salida de Castillo, ha mantenido un enfoque de preservar la economía de mercado, lo que ha sido valorado por los sectores empresariales. Sin embargo, su popularidad entre los ciudadanos es baja, y el país enfrentó una recesión poco común en 2023. Estos factores han dejado a muchos inversionistas en alerta frente a las próximas elecciones.
Más partidos, mayor incertidumbre
La inscripción masiva de nuevos partidos políticos para las elecciones de 2026 refleja un sistema político fragmentado. Ciudadanos por el Perú, el partido más reciente en obtener su habilitación, está liderado por Nicanor Boluarte, hermano de la actual presidenta y figura polémica investigada en el caso Waykis.
Según estimaciones del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), alrededor de 40 partidos ya están oficialmente inscritos. Entre ellos destacan Acción Popular, Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Perú Libre, Renovación Popular, Avanza País y Juntos por el Perú como las agrupaciones con mayor reconocimiento.
El presidente del JNE, Roberto Burneo, aseguró que el proceso electoral será transparente, pese al gran volumen de candidaturas. «Podemos garantizar totalmente la transparencia del trabajo del JNE y del sistema electoral en general», afirmó Burneo. Sin embargo, la alta cantidad de partidos y candidatos incrementa las probabilidades de una segunda vuelta protagonizada por agrupaciones minoritarias, lo que podría profundizar la incertidumbre.
Perspectivas económicas bajo vigilancia
El panorama económico peruano se encuentra en una posición delicada. Si bien la estabilidad actual ofrece cierto respiro, las elecciones de 2026 podrían determinar el futuro del mercado financiero y de los flujos de inversión. La polarización política y la fragmentación del voto siguen siendo factores clave a seguir de cerca.
Gianfranco Ferrari lo resumió con claridad: «Si hay 30 o 40 candidatos y falta más de un año para las elecciones, cualquier cosa puede pasar». Esta incertidumbre ya está afectando las expectativas de los inversores, quienes estarán atentos a cada movimiento en el escenario político y económico del país.