Microsoft desarrolla en Perú 19 proyectos centrados en inteligencia artificial, según explicó Mario Rodríguez, gerente general de la empresa tecnológica, en una reciente entrevista. Estas iniciativas buscan transformar los servicios cotidianos, especialmente en sectores como la banca y la productividad empresarial, con herramientas cada vez más personalizadas y eficientes.
Rodríguez aclaró que la IA no debe asociarse con imágenes de ciencia ficción. No se trata de máquinas autónomas o destructivas como se ve en películas. Por el contrario, esta tecnología está diseñada para asistir a las personas, ayudándolas a tomar mejores decisiones, ahorrar tiempo y aumentar su productividad.
Actualmente, Microsoft promueve soluciones como Copilot, un asistente de IA que ya mejora el rendimiento en múltiples rubros. Sin embargo, la compañía está dando un nuevo paso con el desarrollo de agentes inteligentes, una evolución de los asistentes digitales tradicionales.

Agentes inteligentes: automatización y personalización en servicios bancarios
A diferencia de un asistente básico, un agente inteligente analiza el comportamiento del usuario, reconoce patrones y actúa de forma proactiva en tareas complejas. Por ejemplo, en lugar de ingresar manualmente a distintas apps para realizar pagos, un usuario podría simplemente dar una instrucción por voz.
El sistema comprendería quiénes son los destinatarios, qué significa cada acción y ejecutaría las transacciones al instante. Este avance representa el inicio de la banca conversacional, una nueva forma de interacción con servicios financieros basada en lenguaje natural.
Gracias a la IA, los procesos bancarios no solo serán más rápidos, sino también seguros y personalizados. Microsoft ya trabaja con instituciones financieras peruanas para implementar esta tecnología de manera gradual en los próximos meses.
Con estas innovaciones, el ecosistema financiero nacional avanza hacia experiencias más intuitivas, cómodas y adaptadas al estilo de vida digital del usuario. Así, la inteligencia artificial deja de ser una promesa del futuro y se convierte en una herramienta concreta en el presente.