Los jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, conocidos como Generación Z, muestran un rechazo creciente hacia las llamadas telefónicas. Para ellos, esta forma de comunicación resulta intrusiva e innecesaria. Según datos del sitio especializado BankMyCell, el 81% de los jóvenes siente incomodidad al recibir una llamada. Además, el 75% considera que interrumpe su espacio personal. En Reino Unido, un 56% relaciona las llamadas inesperadas con malas noticias.
Incluso, el 23% de los encuestados afirma que no contesta el teléfono sin importar quién llame. Este comportamiento refleja un cambio profundo en las formas de comunicación.
Nuevas formas de comunicación
Christian García, docente de Marketing en Zegel, explica que los jóvenes valoran los canales que les dan control. Los mensajes escritos, los audios editables y los chats permiten pensar antes de responder.

Este patrón responde a una combinación de factores. Entre ellos, la sobreexposición digital, la ansiedad social y la necesidad de manejar los tiempos de interacción. Esta tendencia se conoce como telefobia.
Sin embargo, la Generación Z no se comunica menos. Por el contrario, mantiene una interacción constante, aunque bajo nuevos formatos y códigos.
Cómo deben adaptarse las marcas a esta nueva realidad
Para las marcas y empresas, estos hábitos plantean nuevos desafíos. Las llamadas no solicitadas suelen ser ignoradas o bloqueadas, lo que afecta la percepción de cercanía.
García advierte que las llamadas inesperadas pueden dañar la imagen de una empresa. Por eso, propone tres ajustes esenciales para mejorar el contacto con esta generación:
- Enviar un mensaje de aviso antes de cualquier llamada.
- Aplicar una estrategia omnicanal real, respetando las preferencias del usuario.
- Usar formatos breves, visuales y concretos en las comunicaciones.
Estas medidas permiten una interacción más fluida y menos invasiva.
Comunicación laboral: hacia herramientas asincrónicas
El cambio no solo afecta al marketing. Dentro de las empresas, también se observa un descenso en el uso de llamadas laborales y videollamadas extensas.
Equipos de trabajo jóvenes priorizan plataformas colaborativas, mensajes instantáneos y métodos asincrónicos. Esta dinámica reduce la fatiga digital y mejora la eficiencia.
En este nuevo contexto, hablar no se rechaza, solo se replantea. La clave está en comunicarse bajo los tiempos y preferencias de cada persona.