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Desde la frontera entre Perú y Ecuador, el joven chef oriundo de Macará, Alan Román Escobar ha demostrado que la pasión por la cocina no tiene límites. Hoy, como egresado del Instituto CETURGH, lleva con orgullo la bandera de la gastronomía peruana hasta la ciudad de Loja, donde se prepara para abrir su primer restaurante binacional.

Todo comenzó un 18 de agosto, cuando, en un viaje junto a su padre a la ciudad de Piura, observó por casualidad la sede del instituto CETURGH. Impulsado por la curiosidad y el gusto por la gastronomía peruana, decidió iniciar su formación profesional en 2018.

“Vi las letras del instituto desde un taxi y me llamó la atención. No conocía del tema, pero decidí averiguar más y ahí comenzó todo”, recuerda.

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A pesar de los desafíos impuestos por la pandemia, el joven chef culminó con éxito su carrera gracias a las clases virtuales, retornando al Perú para obtener su título profesional.

“Me siento muy orgulloso. Mi título lo tengo en un lugar especial en mi hogar”, afirma.

Prácticas

Posteriormente, durante su formación, realizó prácticas preprofesionales en reconocidos espacios como el Hotel Los Portales, Pica, Manzana Verde, y el restaurante Bistró D’ Rubén, así como en el Country Club y otros establecimientos en Ecuador, especializándose también en panadería, repostería y nuevas tendencias culinarias.

En tiempos de pandemia, y con el deseo de apoyar económicamente a su familia, lanzó su primer emprendimiento. Empezó a vender pollo al cilindro, una variante poco conocida en Ecuador.

“Fue un éxito en Macará. Con el tiempo tenía tantos pedidos que me faltaban manos para cocinar”, cuenta.

Actualmente, se encuentra desarrollando su propio restaurante en Loja, un espacio que busca fusionar lo mejor de la cocina peruana y ecuatoriana.

“Yo creo que no se trata solo de alimentar a las personas, sino de ofrecer una experiencia, una sensación cultural, un puente entre dos países hermanos”, afirma con entusiasmo.

Este camino de crecimiento lo ha llevado a representar a Ecuador como expositor en el Congreso Gastronómico de Ayabaca, donde se enamoró de la cocina serrana piurana.

La gastronomía de Ayabaca es deliciosa. Recomiendo a todos que la prueben y conozcan nuevas culturas. Uno nunca termina de aprender”, asegura.

Embajador gastronómico

Hoy, sueña con ser un embajador gastronómico de CETURGH en Ecuador, promoviendo la excelencia culinaria y educativa del instituto en nuevas ciudades y fronteras.

Gracias al CETURGH me formé no solo como cocinero, también como profesional. Fue mi pilar”, sostiene.

Finalmente, el chef invita a los jóvenes a no tener miedo de cruzar fronteras: “La edad y el tiempo no son límites. Si tienen el deseo, anímense a estudiar gastronomía. CETURGH es una experiencia que transforma vidas”.

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