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El cierre temporal de la frontera entre Ecuador y Perú, programado para los días 8, 9 y 10 de febrero, generará importantes repercusiones en el comercio bilateral y el turismo regional. Expertos advierten que esta medida podría afectar gravemente el flujo económico y las actividades empresariales en ambos lados de la frontera.

Comercio binacional enfrentó pérdidas millonarias

El exministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú, Edgar Vásquez, reveló durante una entrevista con Exitosa que el cierre de fronteras impactará significativamente el intercambio comercial. Según sus declaraciones, Perú exporta cerca de 3 millones de dólares diarios hacia Ecuador, mientras que importa aproximadamente 4.5 millones de dólares. En consecuencia, el bloqueo fronterizo podría interrumpir un flujo cercano a los 25 millones de dólares en apenas tres días.

Además, Vásquez destacó que la decisión del presidente ecuatoriano no fue coordinada diplomáticamente, lo que agrava las consecuencias económicas. Esta falta de planificación conjunta afectará especialmente a pequeñas y medianas empresas que dependen del comercio transfronterizo en regiones como Tumbes, Piura y Cajamarca.

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Por otro lado, el endurecimiento de los controles en puertos ecuatorianos ralentizará las exportaciones peruanas que utilizan este país como ruta hacia mercados internacionales. Sectores clave, como el agroexportador y el manufacturero, experimentarán demoras logísticas y mayores costos operativos, lo que podría reducir su competitividad global.

Turismo regional sufrió un golpe inesperado

Ecuador es el tercer emisor principal de turistas hacia Perú, con alrededor de 800 visitantes ecuatorianos cruzando la frontera diariamente. Según explicó Vásquez, estos turistas representan aproximadamente el 7% del total de visitantes que ingresan al país. Por lo tanto, el cierre de fronteras también afectará gravemente al sector turístico, especialmente en destinos populares como las playas del norte peruano.

Como resultado, pequeños empresarios, hoteles y restaurantes enfrentaron una disminución considerable en sus ingresos durante el fin de semana del cierre. Este impacto se sintió con mayor fuerza en zonas fronterizas donde el turismo es una fuente esencial de empleo y desarrollo económico local.

A pesar de estas dificultades, el gobierno peruano mantuvo comunicación constante con autoridades ecuatorianas para evaluar posibles soluciones. Mientras tanto, empresarios y comerciantes esperaron ansiosos cualquier flexibilización o extensión de la medida, conscientes de que su futuro económico depende en gran parte de la reapertura de la frontera.

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