La Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) ha decidido reforzar la transparencia en la información que divulgan las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima (BVL). A partir de 2026, estas compañías deberán reportar las remuneraciones de sus directores y altos ejecutivos, aunque sin identificación nominal en una primera etapa. La medida busca alinear a Perú con los estándares internacionales promovidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
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Actualmente, las empresas listadas en la BVL presentan informes financieros y de gestión, pero no detallan las compensaciones de su alta dirección. Según Juan Pichihua Serna, superintendente del Mercado de Valores, esta omisión limita la capacidad de los inversionistas para evaluar adecuadamente las políticas salariales de las compañías. «En lo que respecta a las remuneraciones que reciben los directores y la alta gerencia de las empresas del mercado de valores, dicha información permite a los inversionistas evaluar la política remunerativa del personal clave de la empresa», declaró Pichihua a Bloomberg.
Implementación progresiva: cómo se aplicará la nueva normativa
El regulador prevé un proceso gradual para implementar la nueva normativa. En 2025, las empresas deberán reportar el total de compensaciones de sus directivos y ejecutivos, pero sin asociarlas a nombres específicos. «Este año se pedirá que revelen todo, pero no con nombres. La identificación nominal será un proceso que puede tomar varios años», explicó Pichihua. Además de los montos totales, las empresas también deberán informar sobre la especialización de sus directores, especialmente aquellos que forman parte de comités clave como el de auditoría.

Transparencia al estilo OCDE: qué dicen otros países
En países como Chile y Estados Unidos, la información sobre remuneraciones ejecutivas es pública y detallada. Otros mercados de la región, como Brasil y México, solo se publican los montos totales sin identificación nominal. En Perú, la divulgación de estos datos podría enfrentar resistencia por parte de las empresas, principalmente por preocupaciones relacionadas con la seguridad y posibles impactos en la retención de talento. Además, existe el temor de que la exposición de los sueldos de los altos ejecutivos pueda ser utilizada por grupos criminales con fines de extorsión o genere conflictos internos dentro de las organizaciones.
Riesgos y desafíos: por qué las empresas podrían resistirse
La revelación de salarios podría generar tensiones en las empresas, especialmente si los CEO aprueban bonificaciones elevadas mientras sus compañías atraviesan dificultades financieras. Esto podría afectar negativamente la reputación de las empresas y crear fricciones entre los accionistas y la alta dirección. La SMV reconoce estos desafíos y ha señalado que cualquier regulación deberá equilibrar la transparencia con la seguridad y privacidad de los ejecutivos. «Cualquier solución que planteemos (regulatoria o no) buscará un correcto balance entre la información que necesita el inversionista y las obligaciones de revelación de información de los emisores en línea con la realidad y dinámica del mercado peruano», aseguró el regulador.
Paso a paso: qué deberán reportar las empresas desde 2025
Desde 2025, las empresas deberán comenzar a reportar el total de compensaciones de sus directivos, incluyendo salarios base, bonificaciones, beneficios adicionales y cualquier otra forma de remuneración. Aunque inicialmente no se exigirá la identificación nominal, las cifras deberán ser desglosadas para permitir una evaluación clara de las políticas salariales. Además, las compañías deberán proporcionar detalles sobre la experiencia y especialización de sus directores, especialmente aquellos que participan en comités clave como el de auditoría o nominaciones.
Diálogo con el sector privado: cómo se construirá el consenso
Este proceso regulatorio se iniciará en junio y tomará en cuenta la experiencia de otros países, especialmente aquellos que pertenecen a la OCDE. En los próximos meses, la SMV buscará consensuar la propuesta con las empresas y definir los mecanismos adecuados para su aplicación sin generar impactos negativos en el mercado. Con esta medida, Perú da un paso importante hacia la transparencia financiera, aunque su implementación dependerá de la capacidad del regulador para gestionar los riesgos y desafíos asociados.